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Carolina Fioretti

Ella, tratando de acallar las voces, esas que pretenden quebrantar la paz que le produce lo inmaterial, argumentando urgencias, vanas necesidades, con palabras dictadas por el ego, allí, donde se encuentra, en su interior, luz, oscuridad y… ¿flores?
La soledad tan necesaria, su templo. A fuerza de silencio, hablan sus ojos, dándole un indescifrable brillo. Unos creen que son lágrimas. Los que la conocen mejor, saben que sus ojos son de lágrimas. Tal vez por eso se acumulen en su esencia y la hagan parecer más intrigante aún.
Ella se conoce bien. Sabe que la puede y que no le mueve un átomo de su ser.
Inmóvil… como paralizada ante el paso de los años, se mantiene, como en un estado de trance, sobrevive.
Escasas palabras, silentes. Ojos eternamente tristes. Labios resecos a falta de besos verdaderos. Vestida de sombras y de su piel, de una palidez que concuerda con su aislamiento del mundo, esa realidad que no quiere oír, ni ver…
Ya tuvo bastante.
Profunda oscuridad y a la vez, colores desconocidos la envuelven, que solo deja ver al que realmente sabe ver. No es de nadie, es de la vida… más que vivir, se busca a si misma en un incesante remover de escombros que fueron derrumbándose sobre ella.
Desde que tiene uso de razón, se explora, limpiando cada vez entre las ruinas del lugar que habita. Y se encuentra maravillada cada vez. Se descubre única, distinta, casi omnipotente. En un mundo de seres únicos, distintos -casi omnipotentes- es una más, solo que ella lo supo desde siempre. Se encuentra a salvo allí.
Vino aquí para entenderse, esta vez para quererse y armarse, se sabe incompleta. Le costó décadas del tiempo de esta tierra, intentaron abatirla. Comprendió más tarde en el tiempo que eran maestros, que le daban la oportunidad de aprender.
Después de todo, ella se comprometió a soportarlo, recordó y asimiló, cada lección pasando por momentos de angustiante terror, no vaciló en trepar rasguñando las paredes de ese hueco oscuro y frío, donde caía una y otra vez. Las huellas quedaron grabadas en su alma y una expresión expectante se apoderó de su rostro. No le es fácil sonreír…

Idioma Español
Publicación 2013
Editorial Autores de Argentina
Categoría Narrativa


Descargar Viaje de ida de Carolina Fioretti