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Matías Celedón

Por Alejandro Bruna

Caminamos por la calle Bolívar buscando dónde conversar. Tiendas de diseño, moda y galerías de arte se mezclan entre los locales de antigüedades, librerías y restaurantes, con un tango de fondo que suena en algún lugar cercano, preparando el escenario para los bailarines callejeros nocturnos. Celedón camina al lado de las fachadas coloniales a paso lento, sin apuro. Hasta que llegamos al bar El Federal.

Este escritor, con título de periodista de la UC, trabajó en la revistas Paréntesis, entre agosto de 2003 y marzo de 2004, y Qué Pasa, por un año, desde agosto de 2004.

“Entré súper idealista [a Qué Pasa], queriendo escribir textos que, más allá de la información, tuvieran un valor literario”. Sin embargo, se cansó de escribir para esas revistas, porque había “pocas instancias para innovar”. Es que tenía otras fuentes de inspiración; de hecho, era un lector voraz en su época de estudiante y un fanático de autores como el cineasta Wes Anderson y el escritor Roberto Bolaño.

La casa en la playa No fue su experiencia periodística, sino una conversación lo que impulsó que Matías se dedicara a la literatura. Un día, cuando terminaba su colaboración en la revista Qué Pasa, llegó a la librería Metales Pesados.

Matías iba frecuentemente a pedirle al dueño y escritor Sergio Parra que le recomendara libros. Pero ese día fue distinto: llegó con su propia literatura bajo el brazo. “Me dijo que tenía unos cuentos y me los pasó, sin ninguna pretensión, con mucho temor. Los leí y le dije que tenían mucha fuerza”, recuerda Parra, quien luego le dio un determinante consejo: “Abandona todo. Deja todo botado por un año y anda a escribir una novela”; según le dijo Parra, a los 25 y con el respaldo económico de su familia no tenía nada que perder.

Dicho y hecho: el joven escritor partió a la casa de su familia en Cachagua, donde se dedicó exclusivamente a escribir. “Había textos que tenía escritos de mucho antes, pero en estricto rigor fueron seis meses escribiendo, tres sin mirar el texto y otros cuatro corrigiendo, recortando y remontándolo”, explica Celedón.

El resultado fue Trama y urdimbre. Justo un año después, Celedón volvió a reunirse con Parra en Santiago. “Nos juntamos a comer y él me pasó un manuscrito”, recuerda. “Me quedé para adentro: se lo había tomado en serio”.

El siguiente paso fue poner la futura novela en un sobre y dejarla en la oficina del editor de Random House Mondadori, German Marín. Celedón temblaba, pero a los quince días lo llamó Marín. Quería que firmara un contrato para publicar el libro.

La vuelta a Santiago desde Cachagua fue, en sus palabras, “traumática y agotadora”. Tuvo que enfrentarse con la realidad de conseguir trabajo, ponerse al día con su familia y sumergirse nuevamente en la ciudad: “Como que la cordillera afecta contra la psiquis y el esmog hace realmente mal”.



Celedón ya no se sentía a gusto en el ambiente santiaguino. Explica: “Son siempre los mismos recorridos, los mismos lugares, la misma gente”. De ahí surgió la necesidad de escapar, admite el escritor encendiendo el quinto cigarro de la tarde bonaerense.

“Buenos Aires era lo más fácil para arrancarme de Chile”, cuenta. “Por razones sentimentales, familiares y todo lo que implica la vida en general. Todo era un poco agobiante. Buenos Aires estaba cerca y era más barato que estar en Santiago”.

Entonces, en mayo del año pasado, cruzó la cordillera y se estableció en la capital argentina, donde ahora se dedica a escribir guiones para la serie de televisión Solita camino, de la productora independiente Circo. Sin embargo, mantiene el trabajo de guionista sólo para pagar las cuentas y subsistir, ya que su real objetivo es escribir literatura de forma seria y constante. “Opero como temporero”, explica divertido.

"Los primeros seis meses tenía ahorros y aproveché para trabajar a full. Pero cuando los ahorros están menguando, tengo que buscar una pega que me dé lucas para comprar tiempo más adelante. Hay meses de asalariado para financiar los seis meses que tienen que ver con lo que uno quiere hacer; en mi caso, escribir”, explica.

Eso es lo que ha estado haciendo. Espera terminar su segunda novela en julio o agosto de este año. “Hay días que la historia me convence y hay días que no, así que todavía puede cambiar. Prefiero esperar antes de definirla”, dice. La concentración que requiere escribir un libro la logró nuevamente gracias a estar lejos de Santiago. “Para escribir necesito tiempo y ahora lo tengo.

En Santiago hay todo tipo de distracciones, desde tener que ir a buscar ropa a la lavandería a que te llame tu vieja con un problema gravísimo que no es tal. Es como un retiro holístico el que necesito para trabajar bien”. Hasta ahora, Celedón considera que su trabajo ha sido una especie de entrenamiento que lo llevará a consolidar su trabajo más adelante.

“Me gusta escribir, pero soy de los que piensa que un escritor empieza a hacer su obra a los 40 años y que todo el tiempo previo es un buen precalentamiento”. Entonces escribe con constancia, con la idea de que “cuando llegue ese minuto, salgan las cosas de la mejor manera posible”.

Con su segunda novela aún en proceso de creación, Celedón está recién comenzando su carrera. Habrá que esperar algunos años para descubrir dónde estará viviendo cuando llegue a la meta.

Cada una de las 142 páginas de Trama y urdimbre contiene sólo algunas líneas que son fragmentos de un relato, pero que también podrían ser independientes entre sí. Son como mini poemas que proyectan imágenes inquietantes y que finalmente completan el cuadro general de un niño con una vida terriblemente violenta.

Celedón explica: “Me pareció interesante tratar de hacer universal un texto desde el lugar común. Sea por el lenguaje, en términos de experiencia o por patrones relacionales.

En ese tiempo hacía guiones y me pareció interesante aplicar el proceso audiovisual a la escritura. Quería seleccionar ciertas partes de la historia, ciertos momentos, los cruces, como la intersección entre la trama y urdimbre, que arma la tela, y contar a partir de esos momentos, de esos cruces, la historia”.


Idioma Español
Publicación 2006
Editorial Mondadori
Categoría Narrativa


Descargar Trama y urdimbre de Matías Celedón