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Juan Carlos Quezadas

Descendiente de una familia de criadores de dragones Yang Pu ingresa en la corte de Quin Shihuang, el emperador más sangriento de todos los tiempos, para ser testigo de una feroz batalla contra la muerte.

En esta historia conviven los secretos de la escritura, los espectros, una temible bruja que imita la voz de las ratas junto con el miedo y la curiosidad que se esconde detrás de todo gran viaje.

Desembarcarás en una isla en donde no se conoce la muerte, descubriás una técnica infalible para atrapar duendes del tamaño de la pata de un ahormiga y podrás platicar con esos fantasmas que siempre están allí, a tu lado.

Dicen que una cabeza recién cortada puede abrigar, aún separada del cuerpo, algunos pensamientos. ¿Te gustaría saber cuáles?

Soy Yang Pu y vivo en una cueva perdida en el bosque. Me alimento de cerezas silvestres y de larvas que encuentro entre las piedras. Un arroyo pasa cerca de mi casa… es decir de mi cueva, así que agua no me falta.

No estoy solo: a mi lado siempre se encuentra Xiong, mi perro. Nos acompañamos. Nos defendemos. Nos gusta estar juntos.
Soy Yang Pu y nací el mismo día que Qin Shihuang, el emperador más sanguinario en la historia de China. Nacimos juntos. En el mismo edificio. Como si fuéramos mellizos. Apenas separados por veinte minutos.
Nacimos lejos de casa, en el exilio, porque en esa época el reino de Qin, el nuestro, y el de Zhao vivían momentos de tensión así que, tratando de frenar el derramamiento de sangre, los monarcas de ambos reinos sellaron un pacto que consistía en mandar a miembros de sus mejores familias a vivir al reino rival, como si se tratara de una corte de prisioneros de lujo. Con esto se aseguraba que ninguno de los dos pueblos enemigos intentara atacar al otro, ya que en el caso de que estallara la violencia los primeros sacrificados serían aquellos escudos humanos.

Los fantasmas no pueden espantar a nadie (a menos que se lancen contra ti blandiendo una espada y gritando injurias).

Los fantasmas no pueden espantar a nadie porque son sombras que se deslizan con discreción. Si acaso figuras concretas que sin embargo desaparecen al parpadeo.
A veces el velo de la muerte tiene una fisura y la sombra de un fantasma llega al ojo, pero casi siempre quien ve a un fantasma nunca está seguro de haberlo visto en realidad.

Idioma Español
Publicación 2009
Editorial Progreso Editorial
Categoría Fantástica


Descargar En qué piensa una cabeza recién cortada de Juan Carlos Quezadas