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Carlos Millán Hernández

Subtitulado: Episodios de fray Juan de Alzolarás a través de un portapaz

Esta obra aporta por primera vez la biografía de este importante prelado de Canarias (1568-1574) del que apenas se tenía información hasta este momento y cuyos restos reposan en la catedral de Santa Ana, en Las Palmas de Gran Canaria.

Fray Juan López de Alzolarás y Pérez de Unceta, Obispo de Canarias, nació en el Valle de Alzolarás en Santa María de Aizarna, en la Noble y Leal Villa de Santa Cruz de Cestona en 1513, cerca del Solar y Casa de San Ignacio de Loyola. Procede del linaje de Pedro López de Olazábal, una de las familias más relevantes de Guipúzcoa en el siglo XV, junto con las de Loyola, Iraeta, Idiáquez y Lilí con los que se unieron los Alzolarás.

Cursó sus estudios en la Universidad de Salamanca y después ingresó como monje jerónimo en el Monasterio de Prado en Valladolid, ciudad en la que en 1536 se encontraba la Corte y monasterio al que solía acudir la princesa gobernadora Juana de Austria para escuchar los sermones del que sería después Obispo de Canarias, al haber adquirido éste, junto a Bartolomé de Carranza, posteriormente arzobispo de Toledo, renombre como buen orador del Evangelio y de la Palabra de Dios. En 1558 se halla el futuro prelado de Canarias en el Monasterio de Yuste asistiendo al emperador Carlos V en su retiro, como primer predicador. Y el 21 de mayo de 1558, en el Monasterio de Lupiana es elegido -fray Juan de Alzolarás- General de la Orden de San Jerónimo.

Muerto el emperador en 1565, fray Juan de Alzolarás es presentado por el rey Felipe II al Arzobispado de Santo Domingo en la Isla de La Española y posteriormente -en 1568- al Obispado de Canarias, tomando posesión de la mitra en 1569. En Canarias -fray Juan de Alzolarás- se desplaza como buen pastor a casi todos los lugares de su Obispado, incluidas las islas occidentales de Tenerife, La Palma y La Gomera, en cuyas iglesias se conservan los documentos de su estancia.

Murió en Las Palmas de Gran Canaria el 7 de mayo de 1574, en la que dejó un pequeño portapaz de plata sobredorada con esmaltes y las figuras de los cuatro evangelistas y en el paño central un Crucifijo con una corona en piedra inicialmente, al parecer, un diamante. Portapaz conocido como “del Obispo Alzolarás” y desde 1633 como “de los Obispos”, porque servía a los Obispos de Canarias para dar la paz, y se encuentra hoy en el Tesoro de la Santa Catedral de Canarias.

Idioma Español
Publicación 2014
Editorial Autor-Editor
Categoría Historia


Descargar El capellán menor del Rey de Carlos Millán Hernández