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José Agustín

Cielo con nublado permanente y tormentas de alcohol y de tristeza, diálogos con lluvia, erotismo un tanto caluroso, clímax como oleaje que va y que viene hasta que la vida se enrosca y te ahorca: Dos horas de sol, la novela de José Agustín (Acapulco, 1944), describe una parte de la atmósfera acapulqueña previa a 1994, año de su publicación y es al mismo tiempo el cambio climático del escritor que cumplía medio siglo.

En 1994 José Agustín dijo a La Jornada: “me he puesto a escribir una novela, Dos horas de sol, que casi termino hoy en la madrugada, me faltan 10 o 12 cuartillas. Me tiene muy feliz, ayer estaba alucinado de felicidad con mi libro. Dieron las doce de la noche del 19 de agosto y yo estaba escribiendo como loco, le paré a las cuatro de la mañana porque ya me había cansado. Entonces entré a los 50 años en pleno trabajo”.

Dos periodistas chilangos viajan a Acapulco para hacer un reportaje. Uno es el editor yuppie de nombre Tranquilino, que escucha a Enigma y a Luis Miguel, empresario adicto al dinero y a la cocaína, y el otro es el intelectual Nigromonte, dispuesto a compartir todos los vicios con su jefe. El tiempo cambia y la cola de un huracán oscurece el puerto. En la tormenta, los cuarentones conocen a dos gringas misteriosas y entre cocaína, corrupción y lluvia intentan llevárselas a la cama.

Acapulco se convierte en un microcosmos que refleja la “modernidad” mexicana a la sombra del Tratado de Libre Comercio. Tranquilino es macho, cumplidor y quiere cogerse a la gringa: estudió en sus universidades, habla su idioma, quiere hacer negocios, conquistar su país, pero es ella la que manda. Más enamoradizo, Nigromonte quisiera poder amar a la mujer, pero es demasiado sentimental y ella demasiado práctica y calculadora, buscar amarla sería perder lo que tiene.

El autor abandona aquí los temas juveniles. “Necesitaba estas tormentas, este huracán no huracán para poder enfrentarme a lo verdaderamente importante, al hecho terrible y definitivo de que mi vida se está diluyendo”, dice Nigromonte.

En Dos horas de sol desaparece la onda juvenil, las temperaturas de cálidas a calurosas antes de media vida se diluyen por un frente frío de recapitulación entre los 40 y los 50 años en que terminan los protagonistas: ¿quién soy? ¿qué soy? ¿qué me dieron?

Idioma Español
Publicación 1997
Editorial Planeta
Categoría Narrativa


Descargar Dos horas de sol de José Agustín